Nos encanta ver cómo llegáis con el móvil en la mano y termináis sin mirar la hora.
Cómo empezáis a saludar a los caballos, a reír con los cerdos, a dormir mejor.
Aquí no hay restaurante, pero sí cenas caseras bajo reserva.
No hay animación, hay paz.
No hay prisa, hay vida.
Porque vivir de otra forma es posible. En Hotel Comarquinal queremos compartirlo contigo.